Una aventura empresarial es un proyecto de vida, ya sea personal o familiar. Desde el inicio es fundamental contar con un buen asesoramiento jurídico.

El código de Comercio habla del “ordenado comerciante”. Más allá de un mero estereotipo es una necesidad que se revela imprescindible como pauta de conducta. Es la premisa que permite abordar ese proyecto de vida con absoluta tranquilidad.

La experiencia que atesoramos y podemos ofrecer se convierte en soluciones prácticas y reales para orientarte y aportar ideas de organización y estructura, para indicar las necesidades legales que siempre deben presidir la correcta administración de la empresa. Para señalar las carencias de ésta y completarlas. Para acompañar en el proceso de expansión e incluso internacionalización y para anticipar los conflictos o dificultades que pueden surgir.

El empresario (o el consejo de administración) saben de lo que es su negocio. Tener a un grupo de profesionales a su lado que cumplan leal y fielmente con su obligación de asesoramiento jurídico y, en su caso, estén capacitados para dirimir judicialmente las controversias mercantiles que aparecerán en el camino es, a todas luces, imprescindible.

Una empresa debería estar ordenada “de puertas hacía dentro” y preparada para actuar “de puertas hacía fuera”. Nuestros abogados, cumplen con esa doble función. Tanto como letrados del órgano de administración o servicio jurídico interno; como a la hora de defender los intereses de la empresa ante tribunales, administración pública, etc. 

Y, como los proyectos empresariales no siempre son exitosos, también hay que prever y saber abordar el proceso de cierre, sea cual fuere la causa del mismo. Si es importante evitar los errores al inicio del proyecto no lo es menos el no cometerlos al final. Un acertado asesoramiento jurídico es clave en esos momentos de dificultad.